Días de espera

Por favor, vuelve.
Todo es más fácil cuando estas tu.
Todas las mañanas te echo de menos cuando me levanto con el ruido del despertador.
Se que te cuesta volver y, que si lo haces, será como cada noche que estas conmigo: todo amor hasta que me duerma pensando en tu falsa luz.

Me gustaría que todos los días estuvieras aquí, aun que se que no sería sano verte todo el día.
Cada vez me cuesta más el hecho de tener que aguantarme con solo una noche contigo, una vez cada muchos días. 29 aproximadamente.

Yo se, que pese la distancia, te querré igual. También se que puede que no me quieras ver, y lo entiendo, pero no esperes que yo te deje de hablar, pues es una costumbre que tengo.
Cada noche te esperaré mirando por la ventana, pues es nuestro lugar de encuentro.
Piensa que nunca me olvido de ti, no soy de esas personas.

Luna llena, espero que dentro de poco volvamos a vernos, las noches en las que te desvaneces son poco luminosas sin ti.

Atentamente y con mucho amor,

yo.

Corazón de madera

Durante un rato, me ahogaba en mi mar de lágrimas.

Y Caía y caía y caía...

Y había un dolor. Era un dolor pequeño, que iba creciendo según leía tus palabras.
Nunca me había dolido tanto leer, y con cada una de aquellas palabras, me hacía más pequeñita.

Pero, recordé que se nadar; y que en una arteria de mi corazón de madera tengo guardado un flotador salvavidas, por si acaso.
Empecé a dar brazadas e intentar salir de aquel mar oscuro.
Había una fuerza que me impulsaba a quedarme a compadecerme de mi ilusión, que se ahogaba conmigo; pero yo nunca dejo a nadie tirado, así que la cogí y nadé con todas mis fuerzas.
Finalmente, salí por uno de los lagrimales de mi ojo, y volví a mi cuerpo.
Estaba llorando por cosas por las que no he llorado nunca; porque nunca las había tenido.

Decidí cerrar mi corazón de madera y esconder la llave.
Poco a poco, con una sierra, un martillo, clavos y pedazos de madera, lo iré reconstruyendo y reparando la mecánica de mi corazón.

Porqué, aunque parezca frágil por sus engranajes, recuerda que es de madera;
y piensa,
 que ya ha recibido varios golpes.

Me presento aquí

Hoy, me presento aquí para dedicar unas palabras.

Primero, dedicaré estas palabras a todas las personas que anden perdidas, pues yo también me perdí. Dedicarlas a esas personas que viajan; tanto físicamente, como sin moverse del mismo sitio.
A todos los soñadores y a los que abandonaron sus sueños en cajas que dejan por casa. A todos aquellos que quieran entender.


Extraviarse, no es no encontrar un camino; es abandonarlo y darlo por perdido. Nunca te olvides que los caminos llevan a muchos destinos distintos; y pueden curvarse cuando menos te lo esperas.
Al abandonarlo, pocas veces tienes las oportunidades que te podía haber ofrecido el otro; pero puede ser que estas que se te presenten en el nuevo camino, te parezcan mejor.
 Todos los caminos son duros si crees que vas solo; si no quieres ayuda de nadie. Pero a veces, necesitas a alguien que te escuche; aun que solo sea eso, escuchar.

Recuerda: todos tenemos dos orejas; si necesitas algo, te presto las mías, pues agradecidas querrán aprender algo de ti.




Soy consciente que mi manera de expresar mis pensamientos y emociones es anormal; pero me gusta que solo ciertas personas logren entenderlo.

Gracias,

atentamente una ayudante.

Desaparecer.

Destrucción. 

Poco a poco caigo en la miseria, en el vacío;

 pero también subo al cielo contigo. 

No entiendo este extraño sentimiento, pues ahora tendría que ser muy feliz, y lo soy; 

menos cuando no estas.

Cuando no estas, caigo, y nadie puede ayudarme. 

En esos momentos no creo en nada. 

Nada puede entenderme y me pierdo.

Me pierdo en mis monstruos interiores.

Dicen que no volverás; 

que te has cansado de estar tan lejos.

Me recuerdan que puedes encontrar a alguien mejor;

porqué los dos sabemos que soy demasiado imperfecta.

 Que no te crees que me encantas.

Que poco a poco me meterás en el baúl de los bonitos recuerdos;

donde me quedaré solo para hacerte feliz.

Poco a poco me hago pequeña;

hasta desaparecer. 

Poco a poco me hago invisible;

hasta desaparecer. 

Este es el efecto de mis monstruos. 

Hacen que no quiera volver a la realidad,

 mostrándome la parte oscura del Sol; de la luz.