Dios de los sueños; amor de libro

Soñadores que mienten.

Sinceros que se esconden.

¿De que están hechos los sueños?

De ilusión en los rincones pequeños.

La luz le alumbra,

incluso cuando a la noche se acostumbra.

Un soñador derrotado, 

por el miedo, que lo ha matado.

Su arpa música creó,

pero sus metas abandonó.

Enamorado de la tristeza,

nunca vio su grandeza.

Un día se fue,

y jamas lo olvidaré.

Un juego

Monotonía.
Cada día la misma rutina.
Era una especie de zombi aún con aliento de vida.

Todas las mañanas de Sábado, bajaba al café que estaba al otro lado de la calle.
Siempre se pedía lo mismo: un chocolate caliente con una magdalena.
Y siempre hacía lo mismo: observar a la gente.

Un Sábado, tomando el chocolate, entró alguien y se sentó en la mesa de enfrente, justo delante de ella.
Observó a ese alguien y este hizo lo mismo, pero con una mirada de diversión en vez de la mirada de curiosidad de ella.
No se dijeron nada. No hicieron nada, excepto mirarse.

El juego se aplazó al sábado siguiente, cuando volvieron a coincidir.
Esta vez ella le miró con intención de adivinar algo de él.
Él, la miró divertido, otra vez.
Ella pidió lo mismo, pero al tomarse el chocolate, se quemó.
De la mesa de enfrente llegó una carcajada y ella levantó la mirada.
Aquel alguien le tendía un vaso de agua entre carcajadas.
Ella sonrío y se despidió de la monotonía.

A contar

Sabes cuantas veces me he puesto a pensar cuantas cosas me gustaría contarte?

• La primera cosa que te contaría son los lunares que te cubren.
• La segunda: las partes del cuerpo donde tienes más cosquillas.
• La tercera es que te amodio.

Sí, te amodio.

Es ese sentimiento que me dejaste prestado, o eso espero.

• La cuarta: las veces que te echo de menos.
• Las personas que vinieron después de ti y lo increíbles que son. 
• Las veces que dejo de sonreír.
• Las veces que me gustaría tomarme un chocolate con alguien.
• Los desconocidos que me gustaría conocer.

• Los abrazos que doy.

Sabéis eso que dicen que un nunca es para siempre?
Se lo han inventado esos que se hace llamar románticos. Están locos.

Por ejemplo:

•  Para mí, un nunca, llegó a durar un día.

 Comparado con los días que espero llegar a vivir en mi vida, no parece demasiado; 

   pero, comparado con lo que suelen vivir los mosquitos en casas ajenas, es bastante.

Se que algunos "nunca" duran mucho tiempo, y espero que esos sean positivos, porque como sea un nunca negativo... Tendrás que ser una excepción a las reglas, y saltártelas. 

¿Y los "para siempre"? ¿A que loco se le ocurrió que mi perro pueda ser "para siempre"?

Vale, me gustaría que pudiera vivir más, pero entonces, no lo valoraría tanto. 

Cuando sabemos que algo es para siempre, solemos confiar en que durará.

Pero se que no soy la única desconfiada que piensa que nada es eterno, y que sea por el motivo que sea, todo se acaba. 

Pero por eso le tenemos que dar más importancia a las cosas banales. Como las hojas.

¿Quien ama una hoja pudiendo amar a una rosa?

"Es ordinario amar lo bonito, pero es bonito amar lo ordinario."